De la Era del terror y del silencio a la democracia y la libertad


REPORTAJE

Escrito por: ROSA ALCÁNTARA (r.alcantara@hoy.com.do)

Un ejemplo. Hace 51 años que fueron asesinados por Trujillo las Hermanas Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz. Ellos, como miles de dominicanos, fueron víctimas de un régimen negador de derechos y de libertades públicas.

Los que vivieron y recuerdan aquella época, en la que no podía haber disidentes y en la que todos tenían que someterse al régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo, valoran las conquistas de las libertades públicas que hoy se disfrutan en la República Dominicana como un legado de quienes tuvieron el valor heroico de denunciar e incluso ofrendar sus vidas enfrentando al sátrapa.

Rafael –Fafa- Taveras fue un luchador antitrujillista desde el Movimiento 14 de Junio. Sufrió tortura y represión como muchos tantos jóvenes izquierdistas de la época.

Recordaba con amargura sus vivencias y dice sentir rabia cuando escucha personas expresar que en el país hace falta un Trujillo.

“Los que dicen eso no tienen conciencia, o no vivieron la época, o son sus beneficiarios, o en cierta medida están comprometidos con ese recuerdo”, expresa Taveras.

Durante la dictadura de Trujillo, de 1930 al 1961, las libertades públicas no existían. Todo estaba bajo el control del régimen.

“Trujillo fue el crimen y el saqueo organizado, la ausencia total de libertad”, así califica Taveras al sátrapa.

El vio cómo los presos eran llevados a trabajar la tierra para Trujillo, se morían por las sanguijuelas y el paludismo. Había que tener cuidado porque la degradación humana llegaba a tal nivel que las mujeres bonitas no podían exhibirse para evitar ser reclamadas por un alabardero de Trujillo y presentarlas como una ofrenda al dictador.

Las cárceles eran centros de tortura. El crimen estaba legitimado por las autoridades para defender el nombre de Trujillo.

Taveras dice que la concentración indescriptible del poder estaba santificada por la Iglesia Católica, aunque se reivindicó en 1959 cuando una parte de los jóvenes seminaristas y sacerdotes, en rechazo a la dictadura formaron parte del Movimiento 14 de Junio, siendo uno de sus miembros el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.

Movimientos por la libertad. Desde que surgió el régimen se crearon diversos grupos y movimientos con la finalidad de dar fin a la dictadura. Trujillo con su poderío pudo gobernar el país por 31 años. Su aparato represivo había aplastado inmisericordemente todo intento de rebelión o conspiración en su contra, lo que, aparentemente, daba la impresión de que el Ejército Nacional era un bloque monolítico que apoyaba irrestrictamente todos sus desmanes. No ocurrió así.

El historiador Emilio Codero Michel en su libro “Movimientos de oposición a Trujillo en la década 1930-1939”, plantea que en el cuerpo castrense hubo oficiales y soldados que, aunque al principio adoptaron actitudes indiferentes o se hicieron cómplices de las atrocidades de Trujillo, ya a la vuelta de unos años no estaban dispuestos a seguir apoyando su creciente criminalidad, que los hacía culpables ante la sociedad.

La clase obrera combatió al régimen desde sus inicios, pero con la aplicación del terror quedó sojuzgada y tuvo que esperar hasta la década siguiente para conquistar objetivos clasistas y revolucionarios.

Expresa Cordero Michel que la tiranía se entronizó en base al terror sistemático, tanto físico como psicológico, aplicado por los diversos organismos represivos del Estado, cuerpos paramilitares y grupos de matones, como los integrantes de “La 42”.

Los que se atrevieron a enfrentar el régimen trujillista tenían tres duras posibilidades: la cárcel, la muerte y el exilio.

La opresión era la respuesta de Trujillo para el que osaba protestar. En enero de 1946 un grupo de manifestantes obreros llamado “Federación Local del Trabajo”, fundado por el líder sindical Mauricio Báez, hizo una huelga que duró más de una semana. La dictadura terminó cediendo a las peticiones de los demandantes, pero más tarde algunos fueron perseguidos y asesinados, mientras que otros se exiliaron. Tiempo después, Trujillo desintegró todos los sindicatos del país, obligándolos a pertenecer a una federación de él. En 1950, Mauricio Báez fue secuestrado en Cuba, donde estaba exiliado. Nunca se supo de su paradero.

Después de 50 años. Tras el tiranicidio, el 30 de mayo de 1961, lo más importante ha sido el recuperar los derechos a la palabra, a la opinión, a la libertad de expresión, al uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, a la libre organización, al libre tránsito, a la libre empresa, a la libertad de profesar la fe y ejercer la profesión que deseas, a la libre elección, al voto.

Taveras valora que el país viva la Era de la democracia y de la libertad, en la que se puede disentir y opinar. Recuerda que en el trujillismo hasta tirar piropos podía ser sospechoso, por lo que ve una gran conquista que ya en un régimen democrático uno se puede enamorar.

Después de 50 años los movimientos sociales se fortalecen, reclaman y protestan en sus diversas formas. Tras la caída de la tiranía de Trujillo han sido muchos los movimientos que han luchado por reivindicaciones sociales y políticas, por el fortalecimiento institucional y mayor calidad de la democracia.

Las últimas expresiones de democracia y libertad son las elecciones celebradas en el país y las protestas innovadoras. La diferencia entre el régimen dictatorial de Trujillo y los sucesivos gobiernos democráticos del país se evidencian a partir de las protestas sociales y la cada vez más activa participación ciudadana reclamando sus derechos.

Se citan conquistas como las de evitar que el Gobierno construya una isla artificial, la cementera de los Haitises y el reclamo del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la Educación.

Cuando se hace un análisis retrospectivo, hay quienes concluyen que hay avances significativos. La socióloga Rosario Espinal dice que a 50 años de la dictadura hay mayores espacios para la disidencia y la expresión. En la Era de la democracia, el uso de los medios de comunicación, las redes sociales, la publicidad, ha significado un gran cambio para el país”.

LA FRASE

Rafael -Fafa- Taveras

Viví en una época en la que los medios de comunicación existentes estaban bajo la fiscalización del régimen. Tenían que ser una bocina que alabe al jefe. No había ninguna libertad para el dueño de una emisora ni de un periodista para decir lo que le pareciera”.

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